Por: Homero Luis Lajara Solá
La integridad territorial se resguarda desde el primer punto donde la patria besa el horizonte y lo otea, norte y sur, nuestra frontera marítima y terrestre. La misión primordial de los hombres de armas es servir de sólido baluarte en apoyo a la gestión migratoria, bajo el timón del órgano regulador.
El compromiso se fortalece cuando está en manos firmes, dispuestas a forjar un precedente que refuerce la seguridad, la defensa nacional y la paz en nuestra amada República Dominicana.
La independencia no es un puerto de llegada, sino una travesía diaria donde cada dominicano, con su actuar, decide si iza la bandera con honor o si, por el contrario, socava la identidad nacional y el porvenir de nuestra juventud, que cada mañana debe pisar firme sobre su suelo patrio al compás del himno glorioso.
¡Que la patria siga siendo el norte, con el uniforme como armadura, la ley como timón y la victoria eterna flameando en su gallardete!”
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