Por: Homero Luis Lajara Solá
En la navegación de la vida y del deber, no todos los que surcan las aguas dejan una estela digna de ser seguida ni reconocida. El reconocimiento no es un puerto al que se arriba por rutina ni por azar, sino la carta de navegación que solo aquellos de trayectoria ejemplar logran trazar con mérito propio.
Al enarbolar este tributo, no se debería rendir honores por mera formalidad, sino porque la travesía recorrida por el galardonado/a ha sido digna de ser registrada en la “bitácora de la excelencia” y el compromiso. Su estampa queda impresa en el horizonte como referencia para quienes continúan o aspiran a surcar estas yeguas con dignidad, entrega y vocación.
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