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lunes, 13 de enero de 2025

Repensando los ascensos militares



Prensa Unica RD

Por: Homero Luis Lajara Solá


“Tanto los optimistas como los pesimistas contribuyentes a la sociedad. El optimista inventa al avión, el pesimista el paracaídas”.

—George Bernard Shaw—


Celebrando 212 años del nacimiento de Juan Pablo Duarte, el padre de la patria, las Fuerzas Armadas de la República Dominicana deben seguir consolidándose como instituciones fundamentales para la seguridad, la defensa y la soberanía nacional bajo una estructura jerárquica equilibrada con funcionalidad y eficiencia.


Los ascensos no solo representan un reconocimiento al mérito, a la constancia en el servicio, a la antigüedad y a la preparación. También son herramientas para lograr el cumplimiento de las misiones asignadas.


Si son otorgados sin planificación adecuada ni criterios estrictamente profesionales, afectan la dinámica interna, generando distorsiones. Lo ideal es que se evolucione buscando que las posiciones vitales siempre sean cubiertas por los más aptos.

Necesidad de criterios objetivos en los ascensos


En cualquier fuerza militar del mundo, los ascensos se ejecutan en función de la tabla de organización y equipos (TOE), que define las plazas requeridas en cada rango de acuerdo con las misiones castrenses.

Cuando esos procesos no responden a esta lógica, se generan desequilibrios que afectan tanto la promoción de oficiales calificados como la asignación eficiente de responsabilidades.


La ausencia de planificación produce una acumulación innecesaria de militares en ciertos grados, limitando las oportunidades de quienes, salidos de la fragua del cuartel, cumplen con los requisitos establecidos, afectando la operatividad y la moral de las unidades terrestres, navales y aéreas.


Históricamente, algunas recomendaciones externas bien intencionadas, pero sin conocimiento de las dinámicas internas, han influido negativamente en estos procesos.

En ciertos casos han respondido a vínculos personales y no a las necesidades de las Fuerzas Armadas, creando una percepción errada de los ascensos como si se trataran de un favor y no de un reconocimiento.


No es recomendable que las posiciones estratégicas sean cubiertas en base a decisiones influenciadas por factores emocionales y partidarios, poniendo en riesgo el cumplimiento de las misiones asignadas, ya que tales posiciones requieren un liderazgo basado en preparación y visión estratégica.


Un enfoque renovado: compromiso con la excelencia

Es talentodor observar que se han reforzado importantes, como las “comisiones de evaluación”, para asegurar que los ascensos se realicen con base en criterios objetivos y profesionales.


Cuando esas comisiones actúan de manera correcta, fortalecen la profesionalización y la transparencia, apuntalando la estructura jerárquica y generando confianza, tanto dentro como fuera de las instituciones armadas.


El éxito depende de un compromiso continuo con la planificación y el mérito como principios fundamentales a través de un enfoque que priorice el interés nacional por encima de cualquier otra consideración. Ello refuerza el liderazgo de mandos superiores seleccionados correctamente y su papel como celosos centuriones de la integridad institucional.


Hacia un modelo de referencia profesional.

Para que las Fuerzas Armadas continúen fortaleciendo su capacidad operativa y su prestigio, es fundamental que los ascensos y las designaciones sigan una ruta estandarizada con su Ley Orgánica como norte.


La clave es mantener el equilibrio entre el cumplimiento de las necesidades organizativas, el reconocimiento del mérito, la preservación de la moral y la cohesión interna.


Si la voluntad política está orientada correctamente, juega un papel esencial en este proceso, evitando decisiones que puedan ser percibidas como influencias externas inapropiadas.


Con mandos militares comprometidos con los objetivos nacionales y la imagen institucional, las Fuerzas Armadas de la República Dominicana tienen el potencial para convertirse en un modelo de referencia en la región.


En las Fuerzas Armadas, la mayoría se destaca por su servicio y compromiso con la patria. Contar con comandantes responsables y de buenas intenciones no es algo reciente. Muchas veces, estas iniciativas se ven limitadas por la voluntad política, lo que refleja un desafío constante entre el deber profesional, los intereses particulares y la dignidad personal.


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