Por: Homero Luis Lajara Solá
Sobre los análisis de las raíces históricas del odio contra Haití" y, como siempre, valorando la profundidad y claridad con la que ciertos analistas abordan estos temas. Estoy de acuerdo en muchos relatos de todo lo que se plantea, especialmente en la necesidad de desmontar prejuicios históricos y comprender los procesos en su contexto colonial y geopolítico, evitando visiones simplistas.
Sin embargo, considero que la ideología es un sesgo natural en todo ser humano. Ninguno de nosotros escapa de ella, aunque procuraremos la mayor objetividad posible. Lejos de invalidar un análisis, ese sesgo puede enriquecer el debate cuando se reconoce su origen y motivación, pues cada lente de interpretación tiene su historia.
También señalamos que, sobre los 12 años del presidente Balaguer, si bien es válido mencionarlos en los análisis, sobre todo para que no se repitan muertes de dominicanos entre dominicanos, conviene aclarar que muchos de los muertos de ese período no se producen en un contexto de simple represión de inocentes, sino que estuvieron vinculados a grupos subversivos organizados que intentaban derrocar el gobierno mediante acciones violentas. La mayoría de esas cabezas –y gran parte de sus integrantes– recibieron entrenamiento en países socialistas o dentro de su órbita, en técnicas de terrorismo, colocación de bombas, secuestros y atentados, incluyendo conspiraciones para asesinar al propio presidente Balaguer. Esa dimensión del conflicto político de la época es indispensable para que las nuevas generaciones—sin olvidar lo sucedido—, comprendan el contexto completo y no se confundan con lecturas parciales.
El debate se enriquece con el diálogo de altura, y solo así podremos construir interpretaciones más completas sobre los vínculos y desencuentros históricos de ambos pueblos y el acontecer político nacional actual. donde el tiempo—por temores y conveniencias personales y grupales—aparentemente borra la estela de grandes barbaridades.
